La CASA que AHORRA cuesta un ojo de la cara;
la que no, te cuesta los dos y tu SALUD.
La relación con tu arquitecto es muy parecida a la que mantienes con tu médico de cabecera. Ya pueden hablarte magníficamente de un/a médico de reputación impoluta que si llegas y no sientes química, no es tu médico.
Yo visito desde hace 15 años la consulta de la misma doctora (cuando la necesito, claro) y cuando me siento frente a ella ya me siento algo mejor…
A esa sensación me refiero…
…cuando eres escuchado/a –cuando dejas trabajar al profesional.
¿En qué se basa esa relación? En reciprocidad, en confianza y respeto mutuos, honestidad, claridad y transparencia. Lo que se promete, se cumple. Que sientas que solo es cuestión de tiempo, pero que tu vivienda que ahorra y te proporcionará una vida mejor, ya la tienes, porque tienes delante a quien te la va a construir y te asegura el éxito.
¿Has decidido ya cómo quieres vivir a partir de ahora?
Hemos llegado al final del camino, o como diría aquel seleccionador en 1954,
“[…] después del partido es antes del partido […]”
Estaríamos a punto de tener la PRIMERA TOMA DE CONTACTO. Ha llegado el momento de la química; la física siempre está.
Es hora de tomar acción y dar el primero de muchos pasos estratégicos y certeros para invertir en vivir mejor pagando menos.